
Sinopsis: Saroo Brierley es un niño que con tan sólo cinco años se perdió en las calles de Calcuta, a miles de kilómetros de casa. Tras un largo viaje acabó siendo adoptado por una pareja australiana. Veinticinco años después, con la única ayuda de Google Earth, Saroo intentará encontrar a su familia biológica.
La película se encuentra disponible en Netflix
¡Spoiler Alert!
(Si todavía no viste la peli y continuás leyendo, tenés que saber que en el siguiente texto se revelan partes importantes de la trama)
Lion es la adaptación fílmica del libro autobiográfico de Saroo Brierley, “Un largo camino a casa”. La película comienza narrando la vida de Saroo, un niño de 5 años que vive con su madre Kamla y 3 hermanos Guddu, Kallu y Shekila, en una pequeña villa llamada Ganesh Talai, ubicada en Khandwa (India). Su madre trabajaba cargando rocas en la construcción y Saroo ayudaba a su hermano Guddu juntando carbón de los trenes para cambiarlo por alimento. Una noche decide acompañar a su hermano y se queda dormido en el vagón de un tren estacionado, despertándose luego de varias horas en un lugar desconocido. Tras sus gritos desesperados para que alguien lo ayude a bajar del tren en movimiento, y sus llamados a su hermano Guddu y a su mamá pidiendo que lo busquen, vuelve a dormirse despertando en la ciudad de Calcuta, ubicada 1600km al este de su casa, donde el idioma no coincidía con su lengua materna.
Luego de varios intentos infructuosos por regresar a su casa y las diferentes adversidades que debió atravesar, donde primó su deseo por sobrevivir y encontrar a su familia, Saroo pasa de tener asilo en un orfanato a ser adoptado por Sue y John, una pareja de australianos que un año más tarde adopta otro niño que procede del mismo orfanato. Este segundo niño se llama Mantosh, y podemos ver cómo ante lo contingente de la llegada de un hermano, Saroo toma una nueva posición en la familia.
Los lazos que cada uno establece con el otro nos permiten reflexionar acerca de la necesidad de que cada integrante dé su consentimiento para que una función -de madre, de padre, de hijo, de hermano- se sostenga y se transmita. Esto da cuenta de que en la familia no hay nada “natural”, los lazos no se dan espontáneamente sino que hace falta una atribución simbólica (1).
Desde el comienzo de su vida familiar con Sue y John, podemos ver las marcas que dejan la mirada cariñosa de esta madre y las palabras que cada uno entreteje para dar lugar a sus lazos en la trama familiar. Las identificaciones y los ideales que se van desplegando en la infancia y en la vida adulta de Saroo a medida que avanza el film, arrojan luz sobre la concepción del psicoanálisis respecto a que la familia es un lugar donde se despliega y transmite la palabra, el discurso y donde se establecen lazos. Es el lugar de la cultura, donde se transmiten ideales, identificaciones sexuales, pero también se transmite un deseo particular, “un deseo que no sea anónimo” dirá Lacan (2). El niño se constituye como sujeto en una referencia a un deseo encarnado en alguien que dé cuenta de su falta.
Sin embargo, el sentido que fue dando a su existencia a partir del Otro, las identificaciones con los gustos de su padre, el estudio, el trabajo, los lugares ocupados: de protector de su hermano, de defensor de su madre, de compañero en el diálogo, el hijo que “pudo aprovechar las oportunidades” que le dio esta familia, la ficción que armó en torno a su inscripción familiar, se derrumba frente a un elemento disparador: los yalebis, que ve y prueba en la cocina de sus compañeros de estudio.
Este dulce típico de la India, le trae recuerdos de su primera infancia, un encuentro contingente con algo del orden de lo real, que sumado a una serie de preguntas sobre su origen, comienza a tener efectos en su cuerpo y en esta ficción que había armado/en su forma de hacer lazo con los demás. Asaltado por la angustia que le genera la idea de que su hermano y madre biológicos sienten dolor por no saber dónde está y por haberlo buscado durante tantos años, comienza su búsqueda irrefrenable para encontrarse con ellos, una búsqueda que por un tiempo lo aísla y aleja de su entorno más íntimo ¿se vuelve a perder? Incluso por momentos, lo íntimo, familiar se le vuelve extraño y vemos los conflictos que se despliegan en la trama.
Otro aspecto que me interesó extraer de este film tiene que ver con lo que no se dice en eso que se transmite, el secreto familiar sobre el goce y cómo se satisface (3). La extrañeza que se observa en los rostros de Saroo y Sue en esa conversación donde Saroo vuelve a acercarse a su madre y le dice: “Lamento que no hayas podido tener hijos propios…no éramos páginas en blanco”, y ella responde: “Sí pude haber tenido hijos…Decidimos no tener hijos. Queríamos a ustedes dos”, la perplejidad con que cada uno escucha al otro, nos permite divisar algo del malentendido en que tiene origen la familia, esa unión que tiene lugar en un “no dicho” sobre el goce. Eso que no se dice, pero traumatiza tuvo consecuencias singulares en el protagonista de esta historia, pero no por causa de la familia, sino por lo que el sujeto construyó a manera de solución a partir de ese enigma.
Un detalle que también (o tan bien) ubica el director, con música e imágenes en el momento en que Saroo está arriba del tren, a medio camino de perderse, es el relámpago. Un detalle que aparece en la conversación mencionada ut supra como “la corriente eléctrica que sacude el cuerpo” de Sue, pero de alguna manera también al final del film, del otro lado, del lado de su madre biológica como “el relámpago”, dos formas de poner palabras a eso que no las tiene, pero que toca el cuerpo de estas mujeres, el encuentro con un hijo (en fantasía y realidad respectivamente).
Entre las marcas geográficas que forman el relieve de un país y otro, entre perderse y encontrarse, entre lo extraño y lo familiar, pero atravesando los enunciados y marcas que dieron sentido a su vida, el sujeto tendrá posibilidad de liberarse del discurso del Otro (4) para escribir su propia historia, es a lo que invita un dispositivo analítico.
Cecilia C. Scalamogna
Referencias Bibliográficas:
- Lijtinstens, C. “Conferencia sobre la familia”. En Revista Virtualia #15. Año V, Aosto 2006. Recuperado de http://www.revistavirtualia.com/articulos/527/dossier-nuevas-ficciones-familiares/conferencia-sobre-la-familia
- Negri, M. I. “Nuevos lazos familiares”. En Apertura de las XV Jornadas Anuales de la EOL. Recuperado de http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=jornadas&SubSec=jornadas_eol&File=jornadas_eol/015/apertura/negri.html
- Idem (1)
- Idem (1)